martes, 10 de marzo de 2015

LA REVOLUCIÓN RUSA

LA REVOLUCIÓN RUSA

                                                 EL PAYASO TRÁGICO
El personaje principal de Prohibido entrar sin pantalones, de Juan Bonilla, que ha ganado la primera Bienal de Novela, en Lima, y que acabo de leer, no es Vladimir Maiakovski, sino el astuto, invisible y multifacético narrador: cuenta la historia simulando ser un cronista desapasionado y, de pronto, se convierte en lo que narra, es decir, en el protagonista del relato, para, unas frases o páginas después, volver a contar desde una cercanía impersonal.
Gracias a esta oleaginosa y veloz manera de narrar, Prohibido entrar sin pantalones traza un soberbio fresco de la Rusia de los primeros decenios del siglo veinte, sacudida por dos terremotos simultáneos, el de unos poetas rupturistas y enloquecidos que, como Rimbaud, creían que a golpes de poesía se podía revolucionar la vida, el amor, la belleza, los sentidos, la moral, el lenguaje y las costumbres, y el de unos revolucionarios profesionales que, con el telón de fondo del caos y los estragos de la guerra mundial, instalarían bajo el liderazgo de Lenin la primera revolución proletaria y comunista de la historia.




                                                                        TROTSKI,¿EL BUENO?  

 "Lo asocio mucho al Che. Era un mito del camino que hubiera podido haber tomado la URSS, un héroe romántico. Un futurible", cuenta el filósofo Gustavo Bueno a ELMUNDO.es. Lev Davidovich Bronstein, Trotsky, judío ucraniano, se ha visto nimbado por una trayectoria aventurera y un destino hipotético, redentor de lo peor del estalinismo. En el décimo aniversario de la Revolución de Octubre, en 1927, fue expulsado del Comité Central del Partido


TROTSKY   TROTSKY I 


                                         ¿QUIEN CONOCE A SOFIA CASANOVA?
    Dirigida  por Marcos Gallego, la película indaga, a través de distintos testimonios, en la obra y la vida de Sofía Casanova, el año en el que se cumple el 150 aniversario de su nacimiento. El documental comienza con una encuesta en la calle, en la que nadie -aunque algunos entrevistados se aproximan, por intuición- acierta a explicar quién fue Sofía Casanova. Es una metáfora del olvido, o del quizás silencio que rodea su figura. La Real Academia Galega le concedió en 1952 el título de académica de honra. La Universidad de Santiago guarda en su biblioteca más de 100 obras suyas o dedicadas a ella. El Consello da Cultura Galega incluye en su 'Álbum de Mulleres' una reseña sobre esta autora. El Concello de Melide le dedicó recientemente una calle y la Fundación Galiza Sempre la recordó en una exposición sobre la historia del feminismo gallego. Pero fue su biógrafa, Rosario Martínez, quien por así decirlo la redescubrió, con un libro que 

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